Lando Calrissian: Arreglo de idiota by Rich Handley

Lando Calrissian: Arreglo de idiota by Rich Handley

autor:Rich Handley
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Novela, Ciencia ficción
publicado: 2008-04-30T22:00:00+00:00


***

—Así que ahí estoy, tan seguro como un hutt de que he ganado. Muestro mis cartas y exclamo «sabacc». ¡El Cobra es mío de nuevo, me marcho a casa con una buena pila de créditos extra en mi bolsillo, y tengo la satisfacción añadida de parecer muy bueno frente a una hermosa dama! Esa Ymile era toda una belleza, si me permites que te lo diga. Lástima que fuera la amante de Raynor.

El relator hizo una pausa momentánea para tomar un sorbo de su copa, saboreando un largo trago del sabroso darkoma que el camarero había colocado ante él. Era su segunda copa, y sabía que no sería la última antes de que acabara la noche. Sus dos compañeros intercambiaron miradas de sorpresa.

—¿Y eso es todo? ¿Por eso se enfadó tanto? —Mungo Baobab se rascó lentamente su barba negra en la que empezaban a aparecer canas. Un tipo bien plantado y de complexión atlética, tenía un brillo en los ojos que le hacía parecer más joven de lo que en verdad era—. Por lo que sé de Dominic Raynor, tiene tanto dinero que podría perder accidentalmente mi salario anual y ni siquiera darse cuenta de ello… y a mí no me va nada mal. ¿Por qué unas apuestas tan bajas harían que el tipo pusiera una recompensa sobre tu cabeza?

—Ah, ahí está el quid de la cuestión, amigo mío —replicó Lando, señalando al cielo con uno de sus largos dedos índices—. Esa mano no es la que me ha traído aquí hoy, porque no la gané. En cuanto exclamé «sabacc», Raynor mostró sus propias cartas con una sonrisa fanfarrona en su feo rostro. Un Arreglo de Idiota. Casi me atraganto.

—¿Arreglo de Idiota? —Baobab arqueó sus cejas.

Lando alzó las manos al cielo.

—No puedo creerlo. ¡Sigues sin saber apenas nada acerca del juego, como cuando nos encontramos en Socorro! ¿Cómo puedes gestionar un casino si ni siquiera sabes qué es un Arreglo de Idiota? —La carcajada de Lando hizo que sus palabras no fueran tan hirientes.

Mungo sonrió, avergonzado.

—Bueno, el mero hecho de ser el dueño del lugar no me convierte en un usuario habitual.

Apoyada sobre el hombro de Mungo, una mujer esbelta de cabello oscuro y piel morena, grandes ojos y orejas ligeramente más largas de lo normal le acarició el brazo con afecto.

—No es culpa suya, Lando —dijo Auren, la mujer de Mungo—. Este complejo es principalmente para visitantes del sistema Roon. Él normalmente está demasiado ocupado gestionando envíos de gemas roon a Sim’char’ser y otros mundos del Borde Exterior. Siempre le digo que se tome un tiempo para disfrutar de todas las cosas buenas que tiene aquí, incluyéndome a mí, pero ya conoces al Wook cuando se pone a buscar gemas. A veces, me sorprende que llegara a detenerse para casarse conmigo.

Jugueteó con la coleta con la que su marido se recogía su cabello negro azabache. Él, a su vez, se giró y la besó suavemente en los labios.

Lando sonrió al escucharla usar el apodo que había puesto a Mungo años atrás.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.